El movimiento Slow Food Internacional aspira a un mundo en el que todos podamos acceder y disfrutar de una comida buena para nosotros, para quienes la producen y para el planeta. Su misión es lograr un equilibrio natural, social y económico donde la alimentación sana y la relación de las personas con el cuidado de los recursos naturales son los ejes fundamentales.
Pero no solo es la idea de comer de manera saludable sino también de disfrutar más lo que comemos. Esta ideología tiene su origen en la década del 80 y se opone al fast food con todo lo que ello implica. La peculiaridad, es sin dudas, degustar los alimentos de manera lenta, cocinar más en casa, dedicar más tiempo a ello; pero también preservar las comidas artesanales y el buen gusto.
Además de priorizar las costumbres y los alimentos locales, el Slow Food propone recuperar el placer que puede ofrecer el acto de alimentarnos, comer despacio preparaciones caseras, lejanas de los productos industriales que nos invaden en la actualidad.
En Cuba, desde el 2004, se crea la red Slow, la cual ha tenido mucho éxito. Por ese motivo en 2018 se fundó una red de Fincas Slow para apoyar y promover la agricultura a pequeña escala, diversificada, y agroecológica en la isla. En marzo de ese año, la red incorporó a la Finca Vista Hermosa como la primera finca categorizada, localizada en Guanabacoa en la provincia de la Habana.
Desde entonces las comunidades Slow surgidas en la isla han estado entrelazadas; pero no es hasta el 11 de enero de 2019 cuando se crea el Movimiento de Alimentación Sostenible (MAS). Este movimiento constituye la alianza entre todos los que seguimos la filosofía del slow food, por la defensa del medio ambiente y la sostenibilidad de nuestro planeta.
Y llegamos a Mediterráneo- Havana, un restaurante naturalmente diferente donde la mayoría de los productos vienen de la granja a la mesa. El convenio entre este restaurante y la Finca Vista Hermosa ha fructificado en una gastronomía equilibrada y bien sabrosa.
Con la filosofía de lo “bueno, limpio y justo” esta concordia llegó para quedarse como una propuesta única en el sector culinario de La Habana. Para quienes trabajamos en ambos lugares, el reto es también ofrecer unos productos deliciosos y marcar la diferencia entre tanta estandarización del gusto.
Por eso para este verano 2019 nos hemos propuesto renovar el modelo de la hamburguesa, como comida chatarra, para hacerla nuestra estrella. Con la Slow Burger, el chef Luigi junto a su equipo, genera unas hamburguesas con ingredientes frescos, evitando en todo momento elementos con conservantes y aditivos.
Podrás disfrutar de una hamburguesa compuesta por 70% de carne de cerdo y 30% de cabrito y, por supuesto, una combinación de vegetales frescos, todos de factura propia.
También conforman esta oferta de verano, pensada para todos los gustos, la Picadera del pescador, unos fileticos de pescado con aliño que nos recuerdan a las famosas minutas. Un plato para degustar en familia con la peculiaridad de reinterpretar un típico de la comida criolla y marítima.
Y para los amantes de la comida italiana por el precio de la carta puedes comer 140 gramos de pasta, con una variedad alucinante. En el caso de la Giropizza, por un precio único podrás degustar todas las pizzas que desees.
Proposiciones pensadas para hacer de nuestro Mediterráneo- Havana el espacio ideal para un almuerzo o cena junto a la familia.